YANG DE HIGADO

En Medicina China se dice siempre que hay que hacer una distinción entre la raíz (Ben) y la manifestación (Biao) de la patología.

Consideramos raíz el síndrome original y la manifestación el síndrome consequente. Un ejemplo es un vacío de sangre de hígado que con el paso de tiempo da lugar a un vacío de sangre de corazón, o una insuficiencia de yang de bazo que termina engendrando humedad.

Uno de los síndromes más conocidos en Medicina China es el de Ascenso de Yang de Hígado. Este es un perfecto ejemplo ilustrativo como veremos a continuación.

Como todos los órganos y vísceras, el hígado tiene una raíz yin y una raíz yang (hígado yin e hígado yang por decirlo de alguna manera). A veces, la parte yang del hígado se descontrola y asciende provocando síntomas como dolores temporales y laterales de cabeza, mareos, tinitus, sordera, visión borrosa, irritabilidad, lengua pálida, roja o sin saburra (dependiendo de la raíz del síndrome) y pulso de cuerda. Pero el ascenso de yang de hígado raramente se produce solo (nunca a decir verdad) sino que es la manifestación, la consecuencia de otro sindrome, de una raíz.

Existen cuatro posibles síndromes que llevan a un ascenso de yang de hígado.

1) Insuficiencia de Sangre de Hígado

2) Insuficiencia de Yin de Hígado

3) Insuficiencia de Yin de Hígado y de Yin de Riñón

4) Insuficiencia de Yin de Hígado y de Yin y Yang de Riñón

La insuficiencia de Sangre de Hígado (visión borrosa, moscas volantes, parestesias…) es prácticamente igual a la de Yin de Hígado, solo que en la de Yin, habrá más sequedad de ojos y a veces síntomas de calor por insuficiencia (sudores nocturnos, calor en los cinco corazones…). Sucede a veces que la parte de yin del hígado, al ser deficiente no consigue controlar al yang, que consigue entonces ascender hasta la cabeza.

Muchas veces la insuficiencia de yin de hígado y de riñón van a la par (síndromes de dos zang) debido a su origen común. Por lo tanto podremos encontrar muchas veces este síndrome junto.

Como el yin y el yang del riñón son la fuente de todas las energías yin y yang del cuerpo, cuando una se desequilibra, pasado un tiempo la otra puede hacerlo también, dando así lugar a una insuficiencia mutua de yin y de yang de riñón.

Dependiendo entonces de la raíz de la patología, podremos tratar la manifestación. En este caso si tratamos solamente el ascenso de yang de hígado, sin tratar los vacíos que lo pueden provocar, nuestro tratamiento estará destinado al fracaso.

Un caso práctico de mi consulta sirve para ilustrar esto:

Mujer de 30 años acude a consulta por migrañas, situadas en lado derecho y de carácter punzante y taladrante (esto apunta a un yang de hígado “disparado”). Se acompañan de mareos, fotofobia y nauseas (esto confirma el diagnóstico de yang de hígado). Entonces busco una de las tres causas posibles. Pregunto por molestias en las rodillas, acufenos y dolores lumbares. No presenta ninguno de estos síntomas. Eliminamos la implicación de riñón. Queda el vacío de sangre y el vacío de yin de hígado.

Efectivamente hay parestesias (se le quedan las piernas dormidas en la cama) y a pesar de que las reglas vienen cada 28 días hay mucho sangrado y coágulos (que a su vez producen una insuficiencia de sangre). La paciente tiene miopía y “moscas volantes”. La lengua es delgada, pálida y con bordes rojos. EL pulso es rugoso. Todo esto confirma el diagnóstico de Ascenso de Yang de Hígado por Vacío de Sangre de Hígado. Debemos tonificar sangre de hígado y rebajar yang de hígado a su vez.